turista-emocionalActuar con decisión, restablecer la confianza y aprovechar la innovación y la transformación digital son algunas de las claves para que volvamos a viajar. La Organización Mundial de Turismo (OMT) ha presentado un documento con las directrices para ayudar al sector turístico a paliar los efectos de la COVID-19. Estas pautas ofrecen a los gobiernos y a las empresas un conjunto integral de medidas diseñadas para ayudarlos a abrir el turismo nuevamente de una manera segura, transparente y responsable.

Se trata de mitigar el impacto económico, desarrollar protocolos de seguridad y respuestas coordinadas y fomentar la innovación. De esta manera, se destaca la importancia de restaurar la confianza de los viajeros a través de protocolos de seguridad diseñados para reducir los riesgos en cada paso de la cadena de valor del turismo. Estos protocolos incluyen la implementación de procedimientos de verificación cuando sea apropiado, incluyendo escaneos de temperatura, pruebas, distanciamiento físico, mayor frecuencia de limpieza y la provisión de kits de higiene para viajes aéreos seguros, servicios de hospitalidad o eventos seguros.

Las Directrices de la OMT también apuestan por fomentar una transformación digital de destinos, empresas y empleados y ven la oportunidad de aprovechar la tecnología en la promoción del distanciamiento social en alojamientos y destinos turísticos.

Zurab Pololikashvili, director de la OMT, dice que estas medidas “son el producto del espíritu de colaboración que ha caracterizado la respuesta del turismo ante esto reto común, y aprovechan los conocimientos y aportaciones de los sectores público y privado y de diversos organismos de las Naciones Unidas dentro de una respuesta de mayor amplitud en el ámbito de las Naciones Unidas”, y cree que permitirán abrir el turismo de forma segura, fluida y responsable.

Dependiendo de cuándo se levanten las restricciones de viaje, la OMT advierte de que las llegadas de turistas internacionales podrían reducirse entre un 60% y un 80% esta temporada. En total, la situación hace peligrar entre 100 y 120 millones de puestos de trabajo.

 

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